
Valles vitivinícolas más resilientes
Acompañando al Itata en el desafío
Con el objetivo de aumentar la resiliencia de los productores vitivinícolas del Valle del Itata, UC Davis Chile, en el marco de la consultoría “Fortalecimiento de capacidades técnicas y comerciales” del programa IFI Itata desarrollado por CORFO a través de Copeval, realizó el pasado viernes 29 de agosto el Día de Campo “Viñedos de secano ante nuevos escenarios de cambio climático”, en Guarilihue, comuna de Coelemu.
La actividad reunió a más de 30 productores y asesores, quienes participaron en un recorrido por tres estaciones temáticas: cosecha y manejo eficiente del agua, riesgo de incendios y resiliencia del viñedo, y regeneración del paisaje y biodiversidad. El especialista invitado fue Mark Battany, Máster en Ciencias Hidrológicas y asesor internacional de la Universidad de California, con amplia trayectoria en viticultura y en estrategias de adaptación frente a sequías, incendios y otros efectos del cambio climático.
La experiencia de California, donde la industria vitivinícola ha debido reinventarse para enfrentar incendios forestales y estrés hídrico, fue un referente para la discusión en Itata. UC Davis ha liderado investigaciones en torno al impacto del humo en la calidad del vino, desarrollando metodologías químico-sensoriales que hoy se aplican en Chile. En esa línea, UC Davis Chile, junto a la Universidad de Concepción y con el apoyo del Departamento de Viticultura y Enología de UC Davis, trabaja en el desarrollo de una Herramienta Químico-Sensorial Predictiva para evaluar el impacto del humo en uvas y vinos. Esta innovación permitirá a los productores contar con información temprana y precisa para tomar decisiones que reduzcan las pérdidas económicas y fortalezcan la sostenibilidad de la vitivinicultura local.
El Día de Campo fue acompañado por Jimena Balic, especialista en vitivinicultura de UC Davis Chile; Ignacio Pino, asesor técnico del programa; y Carolina Manríquez, en la coordinación.
El diálogo con los productores destacó preocupaciones como la escasez de agua, la vulnerabilidad frente a incendios y las dificultades para sostener la productividad en condiciones de secano, evidenciando la urgencia de contar con herramientas y estrategias que aumenten la resiliencia de los viñedos del Itata. En palabras de Omar Fuentealba, viñatero participante, “creo que si deseamos proyectar nuestros viñedos, hay algo que hacer para conservar el agua lluvia del invierno en el suelo y que sea suficiente para finalizar una cosecha de uvas con la mejor calidad posible y no con parras estresadas, uvas deshidratadas y un ambiente biológico deficiente (levaduras nativas poco viables)”.
El especialista Mark Battany enfatizó que la clave está en diseñar viñedos más resistentes al estrés térmico y al déficit hídrico: “el manejo ideal es permitir que la cubierta vegetal crezca hasta septiembre y luego dejar sus residuos en la superficie como mulch. Esto ayuda a conservar humedad, disminuir la temperatura del suelo y proteger la fruta, siempre equilibrando el riesgo de incendios al mantener franjas con suelo desnudo”.
Además, destacó que las cubiertas vegetales pueden cumplir un doble rol: infiltrar y almacenar agua de lluvia en invierno. Sin embargo, advirtió que su manejo debe ser estratégico, evitando que compitan con la vid durante la primavera y que se conviertan en combustible en periodos de mayor riesgo de incendios.
Entre las principales conclusiones, se destacó que la adaptación del territorio requiere un trabajo permanente de generación de conocimiento, incorporación de tecnologías y extensión efectiva, de modo que los viñedos de secano puedan enfrentar los desafíos climáticos y al mismo tiempo sostener la calidad de vida de las comunidades rurales y la competitividad de sus sistemas productivos.
