Radiografía a la Economía Circular en el Sector Agroalimentario Chileno
Un cambio de paradigma, es lo primero que se nos viene a la cabeza al hablar de Economía Circular (EC). En el contexto mundial actual, hoy más que nunca es primordial hacernos cargo de la manera en que producimos. ¿Cuál es la clave? maximizar la utilidad y el valor de recursos en todo momento, fomentando sistemas productivos más eficientes, sustentables y regenerativos.
Para abordar esta temática es que, en la década del 70, surge el concepto Economía Circular (EC), con la intención de promover un planeta que no genere ningún residuo (World Economic Forum, 2018) y que por el contrario construya un ciclo virtuoso donde los recursos naturales, materiales y activos no se agoten, sino que sean reciclados, valorizados y reutilizados, con el fin de optimizar su utilidad y minimizar los riesgos del sistema (Wilde, et al., 2016).
De esta nueva manera de entender los procesos productivos, la industria encargada de alimentar al mundo no queda exenta. Así, en los próximos años, el sector agro alimentario deberá enfrentar grandes desafíos, siendo uno de los más importantes aumentar la productividad de manera sostenible; contribuyendo así al beneficio del medio ambiente y a una sociedad cada vez más informada.
Economía Circular en el contexto nacional
Comprendiendo la relevancia de este modelo, con miras a conocer la situación actual del país e identificar oportunidades para avanzar hacia una EC, la Oficina de Estudios y Políticas Públicas Agrarias del Ministerio de Agricultura (ODEPA) publicó recientemente el Estudio de Economía Circular en el Sector Agroalimentario Chileno, elaborado por el equipo de UC Davis Chile.
Este estudio permite visibilizar los esfuerzos del sector agroalimentario nacional, destacando el rol de la EC como una herramienta valiosa para construir un sistema sostenible en el largo plazo.
Para Mauricio Cañoles, General Manager de UC Davis Chile “la realización del estudio es la continuación de un trabajo que ya se había prospectado antes en I+D, con la generación de nuevos productos e innovación empresarial directa. Sin embargo, desde esta visión se nos permite incursionar en políticas públicas y hacer un aporte, tal como sucede en UC Davis con respecto al Estado y al Gobierno Federal de Estados Unidos”.
El Estudio
Durante la investigación de Economía Circular en la industria agroalimentaria chilena se realizaron 25 entrevistas, considerando actores nacionales e internacionales; cinco talleres y dos paneles de trabajo. Así, se logró reunir y sistematizar una cantidad importante de información en el área y se inició la formación de una red de actores motivados por continuar trabajando en el tema.
Por su parte, el levantamiento de información primaria y secundaria en Chile, dio con 230 iniciativas en los cinco subsectores del estudio (vitivinícola, pecuario, frutícola, hortícola y cerealero), que apuntan principalmente a acciones en las etapas de producción y procesamiento de la cadena de valor.
Respecto a lo anterior, Olivia Valdés, Food Science Coordinator de UC Davis Chile señaló, “para acelerar la transición hacia una EC en el sector agroalimentario es fundamental acercar el conocimiento y las soluciones tecnológicas a los diferentes actores de la cadena, identificando casos de éxito que den cuenta de los beneficios que resultan de la implementación de estrategias de circularidad para un sistema, una organización o un territorio. En este contexto, también es clave que los actores tengan información accesible sobre las capacidades disponibles en el territorio para articular iniciativas concretas de manera colaborativa”.
Entre las principales oportunidades que levantó el estudio destacan; el surgimiento de nuevas líneas de negocio mediante la valorización de los residuos y subproductos obtenidos en la cadena de producción, la regeneración de suelos, la promoción del desarrollo territorial, además de la optimización y uso más eficiente de los recursos, entre otras. Además, se identificó una serie de desafíos y medidas a corto y mediano plazo para desarrollar un “Programa de EC para el sector agroalimentario”, encargado de vincular a los actores clave.
Mirando a California
La experiencia internacional demuestra que la transición hacia una economía circular del sector debe ser un proceso gradual que requiere, por sobre todo, el compromiso y la voluntad de los diferentes actores, que construyan de este modo una agenda común, priorizando los temas donde existe una mayor oportunidad de agregar valor.
Como UC Davis Chile tenemos la ventaja de conocer de primera fuente la experiencia en investigación aplicada de numerosas iniciativas de California. Esto nos muestra el potencial de las estrategias de circularidad para los desafíos del sector agroalimentario con soluciones concretas que podemos adaptar a la realidad nacional. Entre ellas se encuentran:
- El diseño de unidades para digestión anaeróbica a escala comunitaria para el aprovechamiento de residuos orgánicos de un territorio, permitiendo la generación de energía limpia y fertilizantes líquidos.
- El aprovechamiento de subproductos agroindustriales orgánicos (cáscaras de almendras, residuos industriales de tomate o aceite de oliva) como mejoradores de suelo.
- La valorización de subproductos agroindustriales para el desarrollo de una nueva generación de ingredientes funcionales aprovechando nuevas tecnologías.
Mirando a Chile
Tras la búsqueda de los principales actores de la Economía Circular en el sector agroalimentario chileno, se detectaron iniciativas dignas de replicar.
Estas abordan acciones desde el ciclo técnico al biológico y se clasificaron en tres principios y once estrategias de circularidad (Fig).
Fuente ODEPA 2020
Te invitamos a conocer algunas de las iniciativas de Economía Circular mapeadas en Chile en los distintos subsectores agroalimentarios:
Cereales: La empresa Carozzi ha implementado un programa para destinar los residuos orgánicos de los procesos agroindustriales –como hojas, tallos y fruta verde– a plantas para generar compost. La reutilización de la cáscara de la avena para generar energía y la incorporación de subproductos de la molienda del trigo para elaborar alimentos para mascotas. Por otro lado, prácticas agrícolas como la siembra en seco que permite reducir significativamente el uso de agua.
Hortalizas: Se destacan las iniciativas lideradas por el mercado mayorista Lo Valledor, que ha definido una ambiciosa meta de disminuir en un 50% los residuos que van a relleno sanitario al 2030, promoviendo un programa de gestión de residuos con los trabajadores y locatarios del mercado. En este contexto surgió el Programa de Residuos Orgánicos a Compostaje, que cuenta con una planta en Tiltil y que actualmente recibe un promedio de 400 toneladas mensuales de residuos orgánicos. Por otro lado, el mercado cuenta con un programa de rescate y distribución de alimentos que no se lograron comercializar y aun se encuentran aptos para el consumo humano. Así, el 2019 se constituyó la Fundación Banco de Alimentos Lo Valledor que ha dispuesto la infraestructura para el almacenamiento en frío y la logística para la distribución de estos alimentos beneficiando a más de 20.000 personas.
Pecuario: La Asociación Gremial de Productores de Cerdos desarrolló un Programa de Transformación Tecnológica, Energética y Ambiental cuyo objetivo es promover el uso de tecnologías para el tratamiento de purines de cerdo en empresas de menor tamaño. Uno de los resultados de este proyecto fue la búsqueda de alternativas para la valorización de los biofertilizantes.
Vitivinícola: una de las acciones concretas que ha sido adoptada por diferentes empresas del sector vitivinícola es el diseño de botellas más livianas, esto representa un esfuerzo desde el ecodiseño que apunta a reducir el uso de materiales y el impacto medioambiental en la producción de los productos de consumo.
Frutícola: Se destaca el programa Campo Limpio de AFIPA (Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios Agrícolas) el cual gestiona los residuos de envases vacíos de fitosanitarios y fertilizantes foliares que se utilizan en la agricultura en el que participa el sector frutícola así como también los otros sectores del agro. El programa funciona de Arica a Coyhaique, a través de centros de recepción fijos y puntos de recepción móviles y se encarga de difundir buenas prácticas para la gestión de residuos peligrosos y de la valorización de estos residuos para evitar su disposición final en rellenos sanitarios.
Aprendizajes para la transición hacia una EC en Chile
Existen desafíos transversales para la adopción de un modelo de EC desde una mirada sistémica que resultan relevantes en el contexto de la agenda país, en especial ahora que Chile está avanzando en la elaboración de una hoja de ruta en EC (liderado por MMA).
En particular podemos destacar algunos desafíos transversales de la experiencia internacional:
- La relevancia del marco metodológico y la construcción de indicadores para poder tener un diagnóstico de línea base en materia de EC y herramientas cuantitativas para monitorear el progreso de esta transición que informa la toma de decisiones.
- La importancia de enfocar las estrategias en base a los flujos de materia mas relevantes para la realidad de nuestro territorio. Por ejemplo, en el caso del sector agroalimentario, existen nutrientes críticos como Nitrógeno o el enfoque de la huella de carbono o huella de agua detrás de nuestros sistemas productivos. De esta forma se pueden priorizar líneas de acción a lo largo de la cadena de valor.
- Construir un lenguaje común a la hora de hacer difusión y posicionamiento de la EC para informar y concientizar a los actores de la sociedad con principios claros y asimilables.
En este contexto, Olivia Valdes comentó, “no basta sólo con tener acceso a las alternativas tecnológicas, sino que es esencial tener indicadores cuantitativos para monitorear el progreso y el impacto de estas iniciativas circulares en diferentes niveles”.
Lee el Estudio de Economía Circular en el Sector Agroalimentario Chileno.