Chile can learn from California's drought and water scarcity experience

Expertos norteamericanos:

Chile puede sacar lecciones de la experiencia de California en materia de sequía y escasez hídrica

 

Lovell Jarvis, director ejecutivo de la Universidad de California, Davis en Chile (UC Davis Chile) y Jay Lund director del Center for Watershed Sciences de UC Davis, destacan que para enfrentar la escasez de agua se requiere mejorar la infraestructura, adecuar las instituciones y abordar los desafíos de eficiencia en el uso del recurso.

La zona central de Chile pasa por una sequía extrema y la situación es preocupante. Los embalses están bajos, los pozos se están secando, algunas comunidades rurales están transportando agua potable en camiones aljibe, el ganado está muriendo y los agricultores enfrentan la disminución de agua para riego.

“Esta sequía se acabará, sin embargo, el cambio climático está incrementando la temperatura, lo que a largo plazo significará una disminución en las precipitaciones, aumentando las sequías futuras”, prevé Lovell Jarvis, director ejecutivo de UC Davis Chile.

Frente a este escenario, cree que la experiencia de California en esta materia podría servir a nuestro país. “Ambos son lugares secos con una gran variación en la disponibilidad de agua a través de las estaciones y los años, lo que provoca una frecuente escasez”.

Estudios e investigaciones demuestran que, mediante una gestión eficaz, la escasez de agua no tiene por qué coartar la prosperidad general —aunque sí limitará en cierta medida a los sectores de uso intensivo del recurso, como la agricultura—, pero esto supone mejorar la infraestructura, adecuar instituciones y abordar los desafíos de eficiencia en el uso del recurso.

Los expertos señalan que ciudades de California se han preparado mediante la reducción del uso de agua per cápita, almacenándola en acuíferos y embalses para tiempos de sequía, diversificando sus fuentes y creando conexiones de distribución hacia ciudades vecinas y productores agrícolas, que pueden disponer de ella mediante un sistema regulado de compra.

“Los sectores que menos sufren por las sequías son casi siempre los que se han preparado para enfrentarlas. En California, la mayor parte de la gestión del agua para tiempos de escasez hídrica es realizada y financiada por agencias locales, con regulación, asistencia técnica y alguna ayuda financiera por parte de agencias estatales y federales”.

AGRICULTURA

La agricultura de California enfrenta grandes riesgos por su dependencia del uso de agua. Sin embargo, ha logrado reducir considerablemente sus daños aumentando la utilización de aguas subterráneas, junto con una estrategia de recarga de acuíferos durante años húmedos. También intercambia el recurso, desde regiones más húmedas a aquellas más secas y entre agricultores locales, hacia aquellos con producciones más rentables.

Los agricultores que decidieron transferir su agua ganan más vendiéndola que utilizándola para producir durante la sequía” comenta Jay Lund director del Center for Watershed Sciences de UC Davis. Explica que el suministro de agua potable en las zonas rurales suele verse afectado por la sequía, especialmente cuando la agricultura sobreexplota acuíferos, secando pozos rurales menos profundos. “El estado de California afrontó este problema mediante la Ley de Gestión Sostenible de las Aguas Subterráneas (SGMA) cuyo propósito es ayudar, a través de la gestión regional de los acuíferos y las inversiones en infraestructura, a consolidar y mejorar los suministros, tanto para áreas rurales, como para tiempos de emergencia”.

ENFOQUE MEDIOAMBIENTAL PROACTIVO

Los expertos también señalan que los ecosistemas de California siguen siendo vulnerables a la sequía, en particular bosques y ecosistemas acuáticos. “en este ámbito la preparación consiste en realizar cambios en las prácticas de manejo forestal a largo plazo, previniendo incendios forestales, resguardando ecosistemas nativos y realizando una adecuada gestión del agua y del hábitat para ayudar a ecosistemas acuáticos”.

GESTIÓN FLEXIBLE

Lovell Jarvis señala que la gestión del agua requiere de instituciones e infraestructura apropiada, así como de conocimiento científico para orientar la toma de decisiones, demandando inversión sostenida en el tiempo.

“Si la infraestructura y las instituciones que almacenan, trasladan y redistribuyen agua lo hacen de manera flexible, pueden reducir en gran medida los efectos de la sequía dentro de un marco económico y práctico. Cuando los usuarios del agua financian la infraestructura, se fomenta un equilibrio adecuado, y se facilita la gestión”.

Las aguas subterráneas son un recurso muy importante para hacer frente a largas sequías, por lo que se deben gestionar cuidadosamente para que estén disponibles cuando sean necesarias. Es decisivo que durante los años más húmedos ocurra una activa recarga de acuíferos.

Por último, los expertos destacan la necesidad de aprovechar las crisis de sequía preparándose para el futuro, ya que la planificación y construcción de infraestructuras requieren de tiempo e idealmente deben estar listas antes de que se produzca una situación de escasez hídrica. “Los escenarios de sequía centran la atención pública y política, lo que puede ayudar en gran medida a lograr los cambios necesarios para hacer frente a la próxima e inevitable sequía”.

INVESTIGACIÓN ADAPTADA A LA REALIDAD NACIONAL

Desde la experiencia nacional Mauricio Cañoles, gerente general de UC Davis Chile, señala la importancia de realizar un trabajo de extensión de tecnologías y buenas prácticas en el uso de aguas a nivel intrapredial, a fin de asegurar eficiencias en el uso del recurso hídrico. Destaca además el modelo colaborativo de UC Davis Chile orientado a conectar la experiencia de California, a esta y otras necesidades del sector productivo nacional.

 

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